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El desmán ibérico en los Pirineos

DIEZ AÑOS DE ESTUDIO DE UNO DE LOS MAMÍFEROS IBÉRICOS MENOS CONOCIDOS

Miércoles 22 de octubre de 2014
Desde hace diez años, la población pirenaica de desmán ibérico es objeto de un estudio que ha conllevado marcajes con diminutos emisores subcutáneos. Los resultados no sólo mejoran la información sobre su comportamiento en libertad. Ofrecen incluso algunas sorpresas sobre la distribución de este pequeño y desconocido mamífero acuático y desmontan varios tópicos que pesaban sobre él.
Texto: Pere Aymerich y Joaquim Gosàlbez
Fotos: Pere Aymerich


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Un mediodía de octubre soleado y frío en un río del Pirineo catalán. Llevamos un cuarto de hora siguiendo aguas arriba un desmán marcado con emisor que ha salido de su refugio. Ya ha recorrido 25 metros pero nos ha sido imposible verlo. Nos situamos en una gran roca en medio de la corriente con una antena direccional, que nos indica con una precisión de un palmo que está parado bajo nuestros pies.

De repente, el receptor señala que se mueve y durante unos segundos se distingue un dorso marrón que se sumerge. Lo perdemos de vista a causa de las turbulencias del agua y al cabo de un minuto ya está 10 metros más arriba. Es una visión fugaz, pero mucho más de lo que puede aspirar a ver la mayor parte de naturalistas: el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus) es uno de los mamíferos más difíciles de observar de nuestra fauna, casi un fantasma de los ríos de aguas rápidas y frescas.

Este insectívoro endémico del norte ibérico, con distribución principal en las zonas de influencia climática atlántica, se extiende de modo bastante continuo por la franja que va desde la mitad norte de Portugal hasta el País Vasco. Cuenta además con áreas secundarias más o menos aisladas en el Sistema Central, el norte del Sistema Ibérico y los Pirineos. Se trata de una especie singular por ser uno de los dos únicos representantes actuales de los desmaninos, un linaje de topos con hábitos acuáticos. El otro es el desmán ruso (Desmana moschata), mucho mayor que el ibérico y propio de las llanuras aluviales de Rusia.

Al desmán ibérico se le ha considerado un animal raro y amenazado, por lo que ha sido incluido en listas rojas y catálogos de especies protegidas (1). Es cierto que es escaso y está ligado a un hábitat sensible. Sin duda tendrá regresiones a escala local o regional, pero nuestra impresión es que se trata de una especie más mal conocida que muy amenazada. La dificultad y laboriosidad que comportan su estudio no deben ser ajenas a esa percepción general de gran rareza.

Desde hace tiempo se dispone de abundantes conocimientos sobre la anatomía, la alimentación y el comportamiento en cautividad (2, 3, 4, 5). En cambio, la información publicada sobre el comportamiento de la especie en estado salvaje prácticamente se reduce a los trabajos pioneros de radio-seguimiento que realizó David Stone en los años ochenta (6, 7, 8). Hay también bastantes datos, de calidad irregular, sobre su distribución, pero no se conoce casi nada sobre cuestiones tan cruciales como son el tamaño y la dinámica de las poblaciones.

Nuestro interés por el desmán ibérico se inició a finales de los noventa, con trabajos sobre distribución, que más adelante se ampliaron al estudio del uso del espacio y la organización social. Como resultado, se han generado abundantes datos, que modifican de modo sustancial mucho de lo que se había dicho en estudios previos. Una parte de estos resultados –los referidos a distribución– ya ha sido publicada (9, 10, 11) mientras que el resto esperamos que pronto lo esté. A continuación ofrecemos una síntesis de la información publicada y un avance de la todavía inédita.

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