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Miércoles 22 de octubre de 2014
Los libros rojos de invertebrados de Andalucía y España recogen un total de 26 especies de libélulas. Sin embargo, solamente cuatro forman parte del Catálogo andaluz de especies amenazadas, en concreto Macromia splendens, Oxygastra curtisii, Gomphus graslinii y Coenagrion mercuriale.
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El término “libélula” se emplea vulgarmente para referirse a los insectos que pertenecen al orden de los Odonatos. Al igual que los anfibios y otros grupos de insectos, los odonatos se caracterizan por tener un ciclo de vida complejo, con una fase larvaria acuática y otra fase adulta terrestre. Al hablar de libélulas solemos asociar directamente el término con el adulto volador, pero en la mayoría de las especies europeas la fase acuática es bastante más prolongada. Un buen ejemplo es Macromia splendens, considerada “En Peligro de Extinción” por el Catálogo andaluz de especies amenazadas, que requiere entre dos y tres años para completar su fase acuática y, sin embargo, su periodo de vuelo es de poco más de dos meses en Andalucía. Esta prolongada fase acuática hace que las libélulas sean muy vulnerables a las alteraciones del medio, lo que permite utilizarlas como bioindicadoras del estado de conservación de sus hábitats (1, 2).
Aunque figuran entre los insectos más estudiados y mejor conocidos, todavía hay muchas lagunas sobre la distribución de los odonatos en la península Ibérica, lo cual resulta particularmente llamativo en su mitad oriental. Recientemente, gracias al trabajo de los aficionados a las libélulas de Cataluña y Levante, esto está siendo subsanado y han empezado a localizarse nuevas poblaciones de libélulas protegidas e incluso de especies europeas que no habían sido citadas antes en la Península (3). En Andalucía puede observarse un fenómeno similar, ya que se conoce relativamente bien la mitad occidental (4, 5, 6), mientras que prácticamente no hay bibliografía sobre las provincias orientales: Jaén, Granada, Almería y buena parte de Málaga. Lo cual no es óbice para que aún estén pendientes de descubrir numerosas poblaciones en la parte occidental de Andalucía.
De las 65 especies de odonatos citadas en esta comunidad autónoma, el Libro Rojo de los invertebrados de Andalucía (LRIA) y el Libro Rojo de los invertebrados de España (LRIE) recogen un total de 26 como amenazadas (7, 8). De hecho, cuatro de ellas están incluidas en el Catálogo andaluz de especies amenazadas (CAEA): Macromia splendens (En Peligro de Extinción), Oxygastra curtisii (Sensible a la Alteración de su Hábitat), Gomphus graslinii y Coenagrion mercuriale (De Interés Especial). Estas cuatro especies aparecen también en numerosas normativas internacionales, entre ellas el Convenio de Berna y la Directiva de Hábitats.
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