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Estrategias de alimentación de la pardela cenicienta

Estudio con ejemplares de una colonia de Gran Canaria

Miércoles 22 de octubre de 2014
El seguimiento de las pardelas cenicientas de una colonia del suroeste de la isla de Gran Canaria ha revelado interesantes detalles sobre las estrategias de alimentación de esta ave marina pelágica. La cercana costa africana, una de las zonas de mayor productividad biológica del océano Atlántico, es vital para esta especie, que se ve influida a la hora de buscar comida por factores como el viento oceánico o las tareas reproductoras.

por Joan Navarro Bernabé

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Buscar comida es una de las actividades más importantes para las aves marinas, ya que de ello depende desde su supervivencia hasta su reproducción. De estudiarla se encarga la llamada ecología del aprovisionamiento (del inglés foraging ecology), que analiza los factores ecológicos y evolutivos que determinan las estrategias de búsqueda de alimento de los organismos.

Las aves marinas necesitan encontrar alimento en un medio, el océano, donde los recursos tróficos están distribuidos en áreas muy concretas, generalmente asociados a zonas de alta productividad marina. La explotación de estas áreas resultará, por lo tanto, muy ventajosa para las aves, aunque los costes energéticos que supone su búsqueda pueden resultar bastante altos. Estos costes son especialmente importantes durante el periodo reproductor, cuando las pardelas tienen que regresar a los nidos para incubar o cebar a los pollos después de cada viaje de alimentación (1).

Tomando como base este marco teórico, se ha realizado una investigación con la finalidad de conocer los aspectos ecológicos y evolutivos que afectan a las estrategias de alimentación de la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) (2). Una subespecie de esta ave marina de hábitos pelágicos, C. d. borealis, nidifica en islas del océano Atlántico y otra, C. d. diomedea, en el mar Mediterráneo. Cada año, a finales de octubre, abandona los lugares de cría a para realiza un largo viaje de migración, durante unos meses, a zonas localizadas en la costa del sur de África y del sur de América (1).

Al igual que otras aves pelágicas longevas (vive más de treinta años), la pardela cenicienta tiene un largo periodo reproductor (de abril a octubre), durante el cual machos y hembras invierten unos cincuenta días incubando un único huevo y más de ochenta criando al pollo, que abandonará el nido con la apariencia de un adulto (3). Las parejas nidifican en huras situadas debajo de rocas o en el interior de grietas, en colonias que van desde decenas hasta miles de parejas.

Su alimentación se basa en peces y calamares pelágicos, que captura desde la superficie o mediante pequeñas inmersiones. A menudo aprovecha presas provenientes de descartes pesqueros y palangres (3, 4).


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