Dudas y sugerencias tras la experiencia en la sierra alicantina de Escalona
Miércoles 22 de octubre de 2014
Sin negar su gran utilidad, el nuevo real decreto de corrección de tendidos peligrosos para las aves no ofrece todo lo que se esperaba en aspectos tales como los criterios para determinar su ámbito de aplicación. El seguimiento y las modificaciones de tendidos que desde hace quince años se realiza en el punto negro de la sierra de Escalona (Alicante) plantea dudas y sugerencias en relación con la norma aprobada.
por Juan Manuel Pérez-García, Alejandro Izquierdo y Jorge Crespo
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El pasado junio, en esta misma revista, el biólogo Luis Mariano González, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, nos describía las principales características del Real Decreto 1432/2008 y su importancia para solucionar el problema de la electrocución de aves (1). La publicación en septiembre de 2008 de este primer reglamento estatal para la corrección de tendidos eléctricos peligrosos supone un paso muy importante en la conservación de las aves en nuestro país, especialmente para algunas de las rapaces más amenazadas, sobre todo porque va acompañado de un plan de inversiones para financiar las modificaciones.
Pero pese al importante paso dado, el real decreto no ofrece todo lo que se esperaba de él. A partir de nuestra experiencia en determinar la peligrosidad de las líneas eléctricas en la Comunidad Valenciana y en el seguimiento de algunas de éstas tras ser modificadas para minimizar su impacto, queremos exponer las dudas que nos surgieron al leer el nuevo reglamento, así como ofrecer algunas sugerencias.
Como ámbito de actuación del real decreto se delimitarán “zonas de protección”, que engloban exclusivamente a Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y áreas incluidas en los Planes de Conservación y Recuperación de especies amenazadas, además de las llamadas Zonas Prioritarias. Estas últimas son los únicos enclaves que serán delimitados por cada comunidad autónoma y abarcarán lugares de alimentación, reproducción, dispersión o concentración de aves incluidas en los catálogos de especies amenazadas, tanto en el nacional como en los autonómicos.
Pues bien, un reciente estudio, en el que se han analizado todos los datos de mortalidad en la Comunidad Valenciana, ha puesto de manifiesto que los casos de electrocución de aves dentro de las ZEPA son significativamente más escasos que fuera (2). También indica que más del 60% de la mortalidad registrada se concentra en los primeros cinco kilómetros alrededor de estos espacios protegidos. Estos resultados se explican debido a que la mayoría de las rapaces y otras especies de aves más proclives a electrocutarse que crían en el interior de la ZEPA tiene parte de sus áreas de campeo fuera, precisamente donde los usos del territorio se intensifican y aumenta el número de tendidos (3). Además, dentro de las ZEPA se constató una menor proporción de líneas eléctricas y muchas de ellas habían sido previamente sometidas a procesos de evaluación de impacto ambiental, lo que explica que en su interior se produzca un menor número de muertes.
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