Susana, una vida al límite

Más de un año de vida en libertad confirma la buena adaptación al medio natural de Susana, un águila imperial reintroducida en el suroeste de la Comunidad de Madrid tras ser víctima de una electrocución. Su seguimiento ha permitido detectar un grave caso de envenamiento de rapaces en la provincia de Toledo.

En septiembre de 2008 se recogió en el término municipal de Fuente el Saz (Madrid) una hembra de águila imperial ibérica que se encontraba realizando sus primeros movimientos dispersivos, tras abandonar el territorio paterno que le vio nacer. Esta joven rapaz se había electrocutado en un tendido y, al caerse, se lesionó gravemente un ala.

En el hospital de fauna silvestre de Grefa, de Majadahonda (Madrid), logramos recuperar al animal con ayuda de novedosas técnicas de fisioterapia (ver Cuadro). Nuestros especialistas en rehabilitación valoraron la mejoría de Susana –así se la bautizó– y corroboraron que era posible devolverla a la naturaleza con plenas garantías.

En efecto, tras un periodo de musculación y fortalecimiento, a mediados de marzo de 2009 la liberamos en el término municipal de Sevilla la Nueva (Madrid), en un área incluida dentro de la ZEPA “Encinares de los ríos Cofio y Alberche” con abundancia de presas (conejo y perdiz). Por nuestra experiencia y tras consultar a expertos en la especie, sabíamos que esta zona tenía las condiciones adecuadas para que Susana pudiese reiniciar su truncada dispersión juvenil.

El ave portaba dos emisores, uno satelital-GPS, que nos permitiría estar al tanto de todos sus movimientos, y otro VHF, para hacerle un seguimiento más pormenorizado sobre el terreno. Nuestro objetivo era valorar la reinserción de este ejemplar en la naturaleza, a la vez que obteníamos datos para evaluar la eficacia de las técnicas de rehabilitación a las que había sido sometido.

Se estima que, transcurridas seis semanas desde la liberación, la mortalidad de los ejemplares recuperados se asemeja a la de los silvestres. Acordamos por lo tanto hacer un seguimiento intensivo durante los primeros dos meses y corroborar así la estrategia de supervivencia que seguía Susana hasta que lograba acostumbrarse a su nueva situación de libertad. Después de esta fase crítica, la intensidad del seguimiento disminuyó, pero aún así siguió siendo constante.