Testigos del Clima

Los relatos de 143 personas, 27 de ellos recogidos en España por WWF en colaboración con la Fundación Biodiversidad, explican que el cambio climático es real y está impactando en la economía y en la vida cotidiana de muchas personas.

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La mitad de mi casa había sido arrasada por el río. Poco a poco toda la isla se sumergió”, cuenta Jyotsna Giri, que vive en la isla de Lohachara (India). “Una noche de 2009, tras una gran tormenta, el agua del mar arrastró la tierra sobre la que había construido mi casa y la mitad de la estructura se desplomó”, explica Muhammad bin Mat Zin, un pescador y granjero de Kemasek (Malasia).

Son vívidos y trágicos recuerdos entresacados de dos testimonios de testigos del clima seleccionados de entre los más de 140 recogidos por WWF en todo el mundo. Con ellos, personas de los cinco continentes nos explican cómo el cambio climático está afectando a sus vidas cotidianas. Inundaciones y desbordamientos de ríos, sequías más frecuentes e intensas, cambios en los patrones del viento, subidas del nivel del mar, retroceso de glaciares... Son algunos ejemplos de las alteraciones climáticas plasmadas en sus testimonios. Sus relatos ponen de manifiesto el peligro que supone el cambio climático para el futuro de muchas personas y de nuestro planeta.

Testigos del Clima es un proyecto que WWF ha puesto en marcha en todo el mundo para difundir la realidad del cambio climático y su impacto sobre la vida, desde una perspectiva humana. La iniciativa surgió en 2004 y hoy su red internacional pone de manifiesto cómo el calentamiento global está afectando a la forma de vida de muchas personas y, en algunos casos extremos, obligándolas a cambiarla. El problema nos afecta a todos y el principal interés de esta campaña es que no se ha enfocado exclusivamente como un fenómeno científico, capaz de impactar de forma negativa sobre poblaciones de especies emblemáticas o ecosistemas únicos. El incremento de las temperaturas por la emisión de gases de efecto invernadero supone también una crisis social y económica.

El educador ambiental Ben Namakin, que desarrolla su actividad en las islas de Kiribati y Pohnpei (Micronesia), explica en su testimonio que “la intrusión de agua marina daña la calidad del agua de pozos y huertas, y aumenta el estrés sobre plantas y árboles, esenciales para la vida y nuestra cultura”. Por su parte, Andrea Fabellini, un policía del túnel del Mont Blanc (Chamonix, Francia) asegura que “durante el verano, los escaladores encuentran cerradas rutas clásicas que llevan hasta la cima del Mont Blanc, debido a la falta de puentes de nieve sobre fallas, de otro modo imposibles de atravesar”. Al otro lado del Atlántico, en el norte de Nuevo México (Estados Unidos), el guía profesional de pesca Van Beacham ha comprobado que “la temperatura más cálida del agua de los ríos está afectando a la reproducción de los peces y muchos no desovan porque el agua está demasiado caliente”, lo cual está repercutiendo en las poblaciones piscícolas y también en su clientela.