Investigaciones españolas en las islas Svalbard
Por Sergio Rejado
Miércoles 22 de octubre de 2014
El Centro Universitario de Svalbard es la institución académica más septentrional del mundo y figura entre las de mayor prestigio en cuanto a investigaciones árticas y sobre el cambio climático. Desde su fundación en 1993, cientos de estudiantes y científicos han pasado por sus remotas instalaciones, donde se imparte geología, biología, astrofísica e ingeniería.
El archipiélago de las islas Svalbard fue descubierto en 1596 por Willem Barents, aunque presumiblemente ya era conocido por los vikingos del siglo XII. Hoy en día, es una de las zonas habitadas más norteñas del mundo. En un principio, fue base para diversos asentamientos balleneros ingleses, alemanes, noruegos e incluso españoles, dedicados a la caza principalmente de morsas (Odobenus rosmarus) y ballenas de Groenlandia (Balaena mysticetus), cuyas poblaciones fueron reducidas prácticamente hasta la extinción.
La isla más grande del archipiélago, Spitsbergen, es también la única que se encuentra habitada y en ella se levantan los principales asentamientos humanos. Las poblaciones de mayor tamaño son Longyearbyen y Ny-Ålesund, dos localidades noruegas, y Barentsburg, un enclave ruso. No obstante, hay asimismo presencia holandesa, inglesa, polaca, danesa y francesa. También se encuentran numerosas ruinas de factorías balleneras y explotaciones mineras repartidas por todo el archipiélago. La extracción de carbón sigue activa y, de hecho, la mina de Svea, situada en Van Mjenfjord, es una de las mayores de Europa; su producción se destina principalmente a las fundiciones de hierro y acero en Polonia.
Las particulares condiciones oceanográficas del lugar determinan un gradiente ecológico y climático en dirección este-oeste (1). La zona occidental está bañada por las aguas relativamente cálidas de un ramal de la corriente del Golfo y disfruta de unas condiciones templadas a pesar de la latitud. El mar y los fiordos se encuentran libres de hielo en verano, la nieve se funde en tierra durante los meses cálidos y las especies marinas son de origen fundamentalmente atlántico. Sus aguas son altamente productivas (1) y han soportado una fuerte explotación pesquera desde hace siglos, centrada actualmente en la pesca de gambas (Pandalus borealis) y bacalao (Gadus morhua) con artes de arrastre. En la zona oriental del archipiélago las condiciones ambientales son mucho más extremas: la nieve no se funde completamente en tierra, el mar está siempre cubierto de hielo y la mayoría de las especies marinas son de origen ártico (1). Por su importancia ecológica destacan dos crustáceos anfípodos, Gammarus wilkitzkii y Apherusa glacialis, y el bacalao polar (Boreogadus saida).
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