Miércoles 22 de octubre de 2014
Gracias a la iniciativa del Observatorio de Árboles Singulares de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, desde el pasado 8 de junio el Real Jardín Botánico, en Madrid, alberga un plantón descendiente de los poco más de doscientos cipreses del Sahara que quedan en el mundo, la mayoría de más de 2.000 años de edad.
Especie en peligro de extinción, originaria de la meseta de Tassili, en Argelia, su edad milenaria la relaciona con los bosques anteriores a la llegada del desierto. En la actualidad, constituye una población arbórea única y aislada, alejada cientos de kilómetros de los árboles más cercanos.
El plantón, donado por el Instituto de Protección de las Plantas de Florencia, ha sido plantado en el Real Jardín Botánico por Odile Rodríguez de la Fuente, directora general de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, y Bernabé Moya, director del Departamento de Árboles Singulares de la Diputación de Valencia.
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