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Las aves nocturnas en el paisaje agroforestal de Campo de Montiel

Aves nocturnas del Campo de Montiel ACTUAR EN TIERRAS ABANDONADAS FAVORECE A ESTAS ESPECIES

Por Lorenzo Pérez, José María Rey, Enrique de la Montaña, David Moreno, Salvador Rebollo y Juan Luis Parejo

Miércoles 22 de octubre de 2014
Los cambios en los usos del suelo y la intensificación agrícola han perjudicado a las aves nocturnas. Pero un estudio realizado en la comarca del Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, muestra cómo el actual proceso de abandono de tierras brinda una oportunidad para mejorar la capacidad de nuestros agrosistemas de acoger a esas especies.

Un rasgo característico de los agro-ecosistemas mediterráneos es que son mosaicos de distintos tipos de usos del suelo y vegetación. Incluyen desde parches naturales o semi-naturales, tales como bosques y monte bajo, hasta áreas muy modificadas como son los cultivos intensivos (1). El tipo de uso del suelo afecta de manera importante a la abundancia y la composición de especies de las comunidades de aves (2, 3).

Los precios de mercado de los productos agrícolas y las políticas agrarias –las subvenciones, por ejemplo– pueden transformar profundamente la estructura del paisaje en pocos años, por la conversión de campos con un cultivo a otro distinto o su ocupación por reforestaciones (4). Es necesario proponer formas eficaces de conciliar el mantenimiento y la mejora de la biodiversidad en los sistemas agrícolas con su producción y rentabilidad económica (5). Estas propuestas deben basarse en el conocimiento de la respuesta de las distintas especies a los usos del suelo y a sus transformaciones.

Existen pocos trabajos de investigación sobre las comunidades de aves nocturnas. Ello es debido, principalmente, a la dificultad del muestreo de estas especies tan crípticas. Nuestro estudio se realizó durante tres años consecutivos –de 2005 a 2007– en un área de unas cincuenta mil hectáreas situada en la comarca de Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, abarcando territorio de nueve términos municipales (Cuadro 1).

Hemos abordado todas las rapaces nocturnas presentes, además del alcaraván (Burhinus oedicnemus) y el chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis). Excepto el búho real, las demás especies han sufrido en la última década un descenso poblacional en la España peninsular (Cuadro 2). Este trabajo analiza los efectos del uso del suelo y del clima en esta comunidad de aves y propone acciones que conducirían a aumentar su abundancia y diversidad.

RECUADRO
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Artículos complementarios publicados en Quercus

Quercus 270 (agosto 2008)
Ref. 5301270 / 3’90 euros
• La creación de islotes forestales en tierras de cultivo. José María Rey Benayas y otros autores.

Quercus 251 (enero 2007)
Ref. 5301251 / 3’90 euros
• Las rapaces nocturnas y los mosaicos agroforestales. José A. Martínez y otros autores.

Cuadro
Así se hicieron los muestreos
Para el estudio sobre las aves nocturnas de la comarca del Campo de Montiel (Ciudad Real) se estudiaron cinco cuadrículas UTM adyacentes de diez por diez kilómetros (quinientos kilómetros cuadrados en total). En cada cuadrícula, la comunidad de aves nocturnas fue muestreada en trece sitios mediante estaciones de escucha distribuidas regularmente. Cada sitio fue muestreado tres veces al año desde 2005 a 2007: en invierno (de principios a mediados de febrero), a comienzos de primavera (de mediados a finales de abril) y al final de la primavera (de finales de mayo a principios de junio). El tiempo total de muestro fue de unas 150 horas.

Los muestreos en cada sitio duraron quince minutos, siguiendo un protocolo de estudio parecido al utilizado por SEO/BirdLife en el Programa Noctua de seguimiento de aves nocturnas. Para ello se grabaron los cantos de las diferentes especies, excepto los del alcaraván y el chotacabras cuellirrojo por su fácil detectabilidad. En las estaciones de escucha eran reproducidos por este orden: cárabo (Strix aluco) y búho real en los censos de invierno; mochuelo, búho chico, lechuza campestre (Asio flammeus) y lechuza común (Tyto alba) en los de comienzos de la primavera; y autillo, búho chico, lechuza campestre y lechuza común en los del final de la primavera.



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