Miércoles 22 de octubre de 2014
Aunque casi alcanzan el medio centenar las sentencias condenatorias, el acoso a los envenenadores de fauna aún es insuficiente, sobre todo por vía administrativa, recuerda WWF España.
La Audiencia Provincial de Ciudad Real confirmaba recientemente la condena dictada el año pasado por el juzgado de Ciudad Real en el caso relativo al uso de cebos envenenados en la finca del El Chiriví, en el término municipal de Torrenueva (Ciudad Real).
En febrero de 2005, dos guardas de este coto, siguiendo instrucciones del arrendatario, colocaron 130 cebos envenenados, además de casi cuatrocientos lazos. Las penas para cada uno de ellos son de un año de prisión e inhabilitación para la caza por dos años.
Esta sentencia es una de las casi cincuenta dictadas en España desde 2004 que conllevan condenas penales por delitos de este tipo en todo el territorio nacional. WWF España reconoce que el número de sentencias va aumentando, gracias en buena parte al impulso que ha supuesto la creación de las fiscalías de medio ambiente.
“Pero sigue siendo insuficiente para disuadir de una práctica ilegal tan destructiva para nuestra fauna silvestre como el veneno”, indica Luis Suárez, responsable del Programa de Biodiversidad Terrestre de WWF España.
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