¿Una ventaja o un estorbo?
Miércoles 22 de octubre de 2014
Diversos estudios indican que las plumas externas que adornan la cola de la golondrina común son más largas de lo necesario para el vuelo y que dicho alargamiento sería un resultado de la selección sexual. Es decir, cumplirían
una importante función al aumentar el atractivo y ayudar a conseguir pareja.
Sin embargo, una investigación llevada a cabo en la provincia de Almería
sugiere que algunas poblaciones de esta especie podrían tener
longitudes de cola muy próximas al óptimo aerodinámico.
La golondrina común (Hirundo rustica) es un ave bien conocida en toda Europa, sobre todo por su costumbre de anidar en las construcciones humanas. Además, es una especie muy popular entre los ornitólogos, que vienen estudiando su biología desde hace muchos años (1). Para los menos familiarizados con las aves, diremos que se trata de una especie insectívora de pequeño tamaño perteneciente a la familia de los Hirundínidos y que captura a sus presas en vuelo. Las poblaciones que crían en Europa son típicamente migratorias: pasan el invierno en África subsahariana, donde mudan las plumas, y llegan a las zonas de cría entre febrero y abril, según la latitud. Las golondrinas son fáciles de reconocer por su característica cola ahorquillada, forma que se debe a que las rectrices externas son mucho más largas que las internas. Salvo por el tamaño de estas rectrices externas, que son más largas en los machos que en las hembras, no hay muchas diferencias entre ambos sexos.
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