Cartel en uno de los principales refugios del urogallo cantábrico, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea (Asturias), en el que se anuncia las medidas en el hábitat de la especie discutidas en este artículo (foto: Damián Ramos).
2011 Año Internacional de los Bosques REFLEXIONES SOBRE ALGUNAS MEDIDAS A FAVOR DE LA ESPECIE
Miércoles 22 de octubre de 2014
Los trabajos en marcha para restaurar el hábitat del urogallo cantábrico consisten en medidas como extensas rozas de matorral la apertura de claros en los bosques. Especialistas españoles y escoceses ponen en duda la utilidad de estas actuaciones, a la luz de los conocimientos disponibles sobre la biología de la especie.
por Rolando Rodríguez, María José Bañuelos, Bea Blanco, Manuel Antonio González, Kenny Kortland, Robert Moss, Tim Poole y Mario Quevedo
El incremento en la explotación de los recursos naturales por el crecimiento de la población humana durante el último mileno ha reducido dramáticamente la cobertura de bosques en Europa. La deforestación es mucho más intensa en áreas adecuadas para la explotación agrícola y ganadera.
La mayoría de esos territorios favorables al poblamiento y la explotación estaban cubiertos por caducifolios, por lo que la deforestación afectó más a los bosque de robles, hayas, abedules y otras planifolias que a los de coníferas. Así, en la actualidad, especies como el urogallo (Tetrao urogallus), que requieren amplios territorios con cobertura forestal, solo mantienen poblaciones en buen estado de conservación en los grandes bosques de coníferas boreales.
Posiblemente debido a este sesgo en la localización actual de las mayores poblaciones, al urogallo se le retrata frecuentemente como una especie esencialmente boreal asociada a las coníferas. Sin embargo, la incorporación de datos sobre poblaciones meridionales al conocimiento de la relación entre el urogallo y su hábitat indica que esta asociación es incorrecta.
El urogallo no depende de especies arbóreas concretas o dominantes. Más importantes parecen la existencia de suficiente cobertura forestal y conectividad entre los parches de bosque que permitan movimientos entre las aves, así como una estructura que facilite diversidad de hábitats y alimentación. Es cierto que algunas poblaciones han sobrevivido más de 150 años en paisajes fragmentados, con retazos de bosque relativamente pequeños y alejados entre sí. No obstante, en casi todos los casos, esas poblaciones afrontan marcados declives o incluso ya se han extinguido.
En la actualidad, el límite meridional de distribución del urogallo viene marcado por la actividad humana. Así y todo, todavía subsisten algunos núcleos de población en robledales xerófilos, a caballo entre las grandes regiones biogeográficas atlántica y mediterránea, muy alejados del supuesto ideal boreal de la especie.
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Quercus 276 (febrero 2009)
Ref. 5301276 / 3'90 euros
• Éxito en la gestión del urogallo escocés y su hábitat. Manuel Antonio González e Iñaki Reyero.
Quercus 266 (abril 2008)
Ref. 5301266 / 3'90 euros
• Perspectivas sobre la viabilidad de la cría en cautividad del urogallo cantábrico. Rolando Rodríguez y otros autores.
Quercus 251 (enero 2007)
Ref. 5301251 / 3'90 euros
• La prioridad de proteger el hábitat del urogallo cantábrico. Mario Quevedo y María José Bañuelos.
Quercus 232 (junio 2005)
Ref. 5301232 / 3'90 euros
• Los ciervos invaden el hábitat del urogallo. Adrián Vigil y Luis Aurelio Álvarez.
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