Trabajo de campo con los nidales de papamoscas cerrojillo (foto: Isabel Moreno).
UN COMPORTAMIENTO DESCONOCIDO EN UNA ESPECIE AMPLIAMENTE ESTUDIADA
Miércoles 22 de octubre de 2014
La información disponible hasta la fecha indicaba que la construcción
del nido en el papamoscas cerrojillo era una tarea
que recaía exclusivamente en las hembras. Sin embargo,
un reciente estudio ha permitido comprobar que los
machos también participan, aunque no todos,
lo que podría tener consecuencias en la inversión
parental y el éxito reproductivo.
por Josué Martínez de la Puente, Santiago Merino, Elisa Lobato,
Juan Moreno, Gustavo Tomás y Judith Morales
El papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) es una pequeña ave forestal y migradora, que viene a Europa para reproducirse durante la primavera. Su facilidad para criar en cajas nido la ha convertido en un excelente modelo para plantear estudios sobre ecología del comportamiento, especialmente durante su época reproductiva en nuestras latitudes (1). No obstante, aunque se trate de una especie de las consideradas bien conocidas, aún existen importantes incógnitas por esclarecer relativas a su comportamiento.
A su llegada a los bosques europeos, los machos de papamoscas cerrojillo defienden territorios a los que más tarde acudirán las hembras. Tras el emparejamiento, ellas se encargan de manera exclusiva de construir el nido, donde posteriormente harán la puesta y tendrá lugar la crianza de los polluelos. O, al menos, eso es lo que se pensaba hasta ahora. Tras varios años de estudios de campo sobre la biología de dicha especie, sospechábamos que este aspecto de su comportamiento no era realmente así. La primera pista sobre la posible implicación de los machos en la construcción del nido la obtuvimos gracias a que algunos de nosotros habíamos observado que, al menos en ciertas ocasiones, transportaban materiales hasta sus nidales.