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La víbora Echis coloratus en el desierto del Neguev

Víbora del desierto (Echis coloratus) emboscada entre las ramas de un arbusto de la especie Salvatora persica (foto: Juan Ramírez).

UNA DE LAS DOS ESPECIES MÁS PELIGROSAS DE ORIENTE MEDIO

Miércoles 22 de octubre de 2014
En la primavera de 2010 hicimos un seguimiento de la víbora Echis coloratus en la estación de anillamiento del International Birding and Research Center of Eilat, situada en el desierto del Neguev, al sur de Israel. Resumimos aquí los datos obtenidos sobre selección de hábitat, alimentación, patrón horario y fenología. También capturamos una docena de ejemplares para extraerles el veneno y utilizarlo para sintetizar suero antiofídico en los laboratorios de una empresa farmacéutica de Jerusalén.

por Juan Ramírez y Reuven Yosef


La víbora del desierto (Echis coloratus), conocida en inglés como “saw scaled viper”, es una de las diez especies que componen el género Echis. Aunque evita los mares de arena, se distribuye por zonas desérticas rocosas y semiáridas de Oriente Medio: Israel, Jordania y península del Sinaí, aunque por el oeste llega hasta el Nilo, en Egipto, y por al sur hasta Arabia Saudí, Omán y Yemen.

Nuestro estudio se ha centrado en cómo selecciona el hábitat E. coloratus en un área controlada de desierto, el recinto del International Birding and Research Center of Eilat (IBRCE), sede de una estación de anillamiento, y se prolongó durante los meses de marzo, abril y mayo de 2010. El IBRCE tiene una superficie de unas 48 hectáreas y ocupa los terrenos de un antiguo vertedero convertido a principios de los ochenta en una zona densamente vegetada gracias a un sistema de riego por goteo que lo cubre casi por completo. Aunque se han plantado algunas especies alóctonas, la mayor parte de la vegetación actual está compuesta por plantas propias del Neguev, sobre todo acacias (Acacia raddiana y A. tortilis), azufaifos (Ziziphus spina-christi), manzanos de Sodoma (Calotropis procera) y varios arbustos leñosos (Salvatora persica, Ochrademus baccatus, Cordia gharaf). El objetivo de esta repoblación es ofrecer refugio, un cuartel de sedimentación o stopover, a las aves migradoras en su paso primaveral hacia Europa y el norte de Asia. Tras cruzar el Sáhara y la árida península del Sinaí, la estación del IBRCE constituye el primer punto verde donde reponer energías para millones de aves. Es entre esta vegetación donde se sitúan las redes invisibles y las trampas Helgoland donde se capturan las aves para su anillamiento científico.

Pero la rápida revegetación, favorecida por el riego, ha atraído a otros elementos de la fauna del valle de Arava. Junto con las aves migradoras fueron llegando especies residentes como el tordino arábigo (Turdoides squamiceps), el suimanga palestino (Cinnyris osea), la prinia grácil (Prinia gracilis), el abejaruco esmeralda (Merops orientalis), el bulbul árabe (Pycnonotus xanthopygos) y dos tórtolas, la senegalesa (Streptopelia senegalensis) y la turca (S. decaocto). También volvieron a aparecer algunos carnívoros que habían huido de las inmediaciones de Eilat, como el chacal (Canis aureus asiaticus) y el zorro (Vulpes vulpes niloticus), e incluso el lobo árabe (Canis lupus arabs) y la hiena manchada (Hyaena hyaena) visitan la reserva con frecuencia. Otros mamíferos que han regresado son los ratones del género Acomys, los jerbos del género Gerbillus y algunos murciélagos, incluido el zorro volador egipcio (Rousettus aegyptiacus). Entre los reptiles cabe citar al lagarto de cola espinosa egipcio (Uromastyx aegypticus), los eslizones del género Chalcides y los gecos de los géneros Ptyodactylus, Cyrtopodium y Tropiocolotes. En cuanto a los ofidios, se encuentran culebras de Schokari (Psammophis schokaris), la diadema (Spalerosophis diadema) y, por supuesto, la víbora del desierto (Echis coloratus).