Las llamativas flores de la margarita de El Cabo (Arctotheca calendula), una planta introducida procedente de Suráfrica, pueden verse a lo largo de todo el año en nuestras zonas costeras.
Miércoles 22 de octubre de 2014
La margarita de El Cabo ha proliferado mucho en las costas españolas durante los últimos años, éxito muy relacionado con sus eficientes y variados sistemas de multiplicación. No obstante, las causas de tan rápido desarrollo parecen deberse a la degradación de los ecosistemas dunares y, por supuesto, al amplio uso de esta especie africana como planta ornamental. Su desmesurada expansión a lo largo del litoral ha puesto en alerta a diferentes administraciones públicas.
J. Ramón Gómez
ramongomez@herbanova.es
CONOCIDA CON NOMBRES tan familiares como margarita, maravilla o caléndula de El Cabo (Arctotheca calendula) procede evidentemente de la península de El Cabo, situada en el extremo meridional de Suráfrica, donde habita en dunas y ambientes litorales.
A día de hoy, sin embargo, son numerosos los lugares del planeta, entre ellos España, donde se ha detectado su masiva presencia, sobre todo en aquellas zonas con características ambientales similares a las de su región de origen. De hecho, está clasificada como planta invasora en varios países de América del Sur, al igual que en Estados Unidos (especialmente en California), Australia, Nueva Zelanda, Japón y la mayor parte de la región circunmediterránea. En la península Ibérica se distribuye tanto por la costa atlántica como por la mediterránea y nunca se aleja demasiado de la influencia marina.
La primera cita europea de margarita de El Cabo corresponde a Portugal y se remonta a finales del siglo XVIII. Hubo que esperar algo más de un siglo, hasta 1925, para que se localizara en España, concretamente en unos arenales costeros de la provincia de Cádiz. Lo más probable es que se asilvestrara a partir de su uso masivo en parques y jardines como planta ornamental. Una vez escapada, logró alcanzar la costa y establecerse a lo largo del litoral (1). No obstante, hay quien ha sugerido que en algunos lugares se introdujo accidentalmente al venir mezcladas sus semillas con abonos naturales importados de Suráfrica.
El nombre genérico, Arctotheca, deriva de dos palabras griegas: arktos, que significa oso, y theke, que equivale a cápsula o caja, en alusión a las densas fibras que componen sus frutos. El término específico calendula proviene del latín calendae, de las “calendas” que designaban el primer día del mes en tiempos de los romanos. Ello se debe a que esta planta florece en todos los meses del año, incluso durante los inviernos si no son muy fríos (2).