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La avutarda en Badajoz: estabilidad, pero con matices

Dos avutardas semiocultas en un cultivo y reflejan la dificultad de los censos primaverales de esta especie (foto: Ángel Sánchez).

MÁS DE MIL QUINIENTOS EJEMPLARES, PERO CONCENTRADOS EN EXCESO

Miércoles 22 de octubre de 2014
Con unos 1.600 ejemplares según un censo de 2011, la población de avutarda de la provincia de Badajoz, de las más importantes de España, se mantiene estable en las últimas décadas. Sin embargo, su tendencia a concentrarse en las zonas mejor protegidas y conservadas refleja la necesidad de atender otros núcleos más pequeños y periféricos, que parecen ser los más amenazados.

por Ángel Sánchez y María Jesús García-Baquero


La avutarda (Otis tarda) es una especie amenazada a escala mundial, catalogada como “Vulnerable” en la Lista Roja de la IUCN. En tiempos recientes ha sufrido una notable regresión, como consecuencia del crecimiento y expansión de la población humana en Europa, el desarrollo de técnicas agrícolas más agresivas y la presión cinegética, así como la pérdida de hábitat derivada de actuaciones como la puesta en regadío de tierras de secano o la urbanización de terrenos agrícolas. En la actualidad, su distribución se reduce a diversas poblaciones fragmentadas en el Paleártico, desde Marruecos y la península Ibérica, por el oeste, hasta China y Mongolia, por el este.

La población ibérica, por encima de los 24.000 ejemplares, representa más de la mitad de los efectivos mundiales (1). En Extremadura, donde se estima que vive el 30% de esa población ibérica (2), se realizan desde 1982 censos periódicos de esta especie. Los únicos datos publicados sobre la población reproductora de la provincia de Badajoz corresponden a los censos de 1988 (3) y de 2002 (1).

En el primero, realizado ocho años después de la entrada en vigor de la prohibición de la caza de avutardas, se censaron 1.783 ejemplares, si bien los datos publicados hablaban de 1.735 al no tener en cuenta un núcleo que estaba a caballo entre las dos provincias extremeñas. El segundo arrojaba un resultado de 1.308 ejemplares. Basándonos en estos datos, se infería un alarmante descenso de más del 25% de la población, visión que en cualquier caso, por demasiado negativa, no es del todo compartida por quienes históricamente han estado implicados en la conservación de esta especie en la región.

Desde entonces se han llevado a cabo diversos censos de avutarda en Extremadura, pero en muchos casos se trataba de conteos parciales o con una fenología inadecuada, por lo que no pueden ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar la situación de la especie en nuestra región.