Ciencia a pie de calle

Con tiburones hay vieiras

En la foto superior, tiburón de puntas negras (Carcharhinus limbatus) capturado en un palangre (Alabama, Estados Unidos). Debajo, a la izquierda, escuela de rayas cara de vaca (Rhinoptera bonasus) en aguas someras de Fort Walton Beach (Florida, Estados Unidos). A la derecha, vieira de bahía (Agropecten irradians) en una pradera de la fanerógama marina Thalassia testudinum (Hernando County, Florida). Las tres especies conviven en el golfo de México (fotos: Marcus Drymon, Dorothy Birch y Janessa Cobb).
Miércoles 22 de octubre de 2014
La creciente demanda de carne y aletas de tiburón para consumo humano ha provocado un declive en la abundancia global de estos peces cartilaginosos. Recientes estudios científicos vinculan la eliminación selectiva de escualos y otros depredadores de gran tamaño con el colapso de las pesquerías de ciertas especies marinas. El mecanismo de esta cascada de impactos se esconde en el puzle de la pirámide trófica, donde todas las especies están directa o indirectamente conectadas.

Salvador Herrando Pérez
salvador.herrando-perez@adelaide.edu.au


LAS CADERAS DE JOHN TRAVOLTA, la espada de Luke Skywalker y las mandíbulas de Tiburón marcaron una época. A mí me sigue poniendo los pelos de punta la efectiva retahíla musical (bajo, tuba, orquesta… silencio) que solemniza cada ataque del gran escualo. El cine y los medios de comunicación han creado el mito del mejor enemigo del hombre.

Ese mito explica en parte que la pesca de tiburones no levante la polémica ética y estética que en la sociedad despierta la caza de otros colosos como ballenas o elefantes. Algunos autores argumentan que vivimos la sexta extinción masiva de la historia del planeta (1), diferente de las anteriores porque está causada por una única especie, la nuestra (Homo sapiens), y se caracteriza por la desaparición de grandes animales (mamuts, vaca de Steller) en general y de depredadores en particular.

Esbozo de tres especies
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El tiburón de puntas negras (Carcharhinus limbatus) es una especie pelágica que habita en aguas templadas y tropicales de todo el mundo. Su crecimiento es lento, con tallas máximas de 3 metros y 125 kilos, y una esperanza de vida de 12 años. Es vivíparo y cada hembra alumbra hasta 10 crías por parto.

La raya cara de vaca (Rhinoptera bonasus) habita en aguas tropicales de América y África. También es de crecimiento lento, con tallas de hasta 2 metros de ancho y 50 kilos, y alcanza una longevidad máxima de 18 años. Es una especie gregaria, migratoria y vivípara, cuyas hembras paren una única cría por alumbramiento.

En cuanto a la vieira de bahía (Agropecten irradians), se trata de un molusco hermafrodita y protándrico. Es decir, los dos sexos están presentes en un mismo individuo y la forma de evitar la endogamia es liberar primero el esperma y días después los óvulos, en número superior al millón. Vive asociada a las praderas de fanerógamas marinas en América central y es de crecimiento rápido, con conchas de hasta 10 centímetros de diámetro y una longevidad de 2 años.