Un pescador sostiene un bacalao en un pesquero alemán (foto: OCEAN2012 / Corey Arnold).
Tribuna
Miércoles 22 de octubre de 2014
En paralelo al agotamiento de las pesquerías por sobrepesca, especies de baja calidad están siendo comercializadas en la Unión Europea e incluso etiquetadas como si fueran otras mucho más valiosas y raras. Este fraude es una de las consecuencias indeseables de la extracción excesiva de los recursos pesqueros.
Miquel Ortega y Lydia Chaparro
En algunos estados miembros de la Unión Europea (UE) se está cometiendo un gran fraude que pasa inadvertido al público: el pescado se etiqueta deliberadamente de forma incorrecta y se vende como si fuera de especies más caras o incluso capturadas de forma sostenible. La pregunta es: ¿por qué está sucediendo todo esto?
Nuestra demanda de pescado y marisco está creciendo, a la vez que la disponibilidad de las capturas locales se reduce a causa de la sobrepesca. Por ello, la UE tiene que importar cada vez más pescado, que está inundando los mercados europeos. Pero el problema no es solo eso: ¿cómo es posible que casi el 30% de todo el bacalao (Gadus morhua) vendido en Irlanda sea falso?
El abadejo (Pollachius pollachius), el carbonero (Pollachius virens) y el merlán (Merlangius merlangus) se hacen pasar por bacalao. Los procedimientos de empanado, ahumado o rebozado de los filetes se encargan de enmascarar el aspecto, el olor y el sabor de los impostores. El fraude se descubrió cuando los científicos recogieron muestras aleatorias en los puestos de fish and chips, supermercados y pescaderías de Irlanda para realizar pruebas de ADN. Es más, parte de lo etiquetado como bacalao pescado de forma sostenible en el océano Pacífico procedía en realidad de sobrepesca realizada en el Atlántico norte.