Sede del Festival Observação de Aves, en las antiguas escuelas públicas de Sagres.
Miércoles 22 de octubre de 2014
Durante una semana, del 30 de septiembre al 7 de octubre de 2012, se celebró la tercera edición del Festival Observação de Aves en la localidad portuguesa de Sagres. El programa incluía salidas al campo, viajes en barca para observar aves marinas, sesiones de anillamiento, cursos, conferencias y hasta un mercadillo. Todas las actividades se desarrollaron en torno al cabo de San Vicente, en el extremo occidental del Algarve portugués.
Texto y fotos: Rafael Serra
CON MOTIVO DE TAN ATRACTIVA CITA, la Asociación Turismo do Algarve organizó un viaje para periodistas especializados y pequeños turoperadores de turismo ornitológico. Contó para ello con la asistencia técnica de la Sociedade Portuguesa para o Estudo das Aves (SPEA/BirdLife), que es también la entidad encargada de montar el Festival Observação de Aves. A un selecto grupo de ornitólogos alemanes, holandeses, suecos y británicos nos incorporamos dos periodistas españoles, Patxi Vilariño, colaborador de la revista Aire Libre, y el que suscribe, representante de Quercus y de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).
El encuentro con nuestros colegas europeos se produjo casi en la frontera, en la orilla portuguesa del Guadiana, donde nos citamos para visitar juntos las salinas y aguazales que forman la Reserva Natural de Castro Marim. Muy cerca de la desembocadura del río, y sujeto por tanto al régimen de mareas, este laberinto de canales, saladares y balsas es un sitio muy atractivo para observar flamencos, espátulas, anátidas, varias especies de garzas, multitud de limícolas y una de las especialidades locales, la pagaza piquirroja. La reserva cuenta incluso con un centro de interpretación que, quizá por las fechas, nos encontramos cerrado.
Para los españoles que estén por Sevilla y Huelva es sencillísimo cruzar la frontera y pasar un buen rato en la zona conocida como Sapal de Venta-Moinhos. Allí hay muchos sitios interesantes para echar un vistazo, como la colina aledaña al centro de visitantes. Desde su cima, equipada con algunos carteles informativos, se obtiene una generosa vista sobre el Guadiana, sus márgenes, las zonas inundables y el gigantesco puente internacional que une ambos países a través de las autopistas E-1 e IP-1.
También puede tentarse la suerte en el extremo opuesto de Castro Marim, en la zona conocida como Cerro do Bufo, aunque allí las salinas están en plena explotación, hay un intenso tráfico de camiones y las aves se alejan prudentemente de tanto bullicio. No obstante, hicimos una breve parada para localizar gaviotas de Audouin en paso.
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