Hay que actuar para mejorar el hábitat y hay que hacerlo ya
Miércoles 22 de octubre de 2014
La mínima expresión a la que ha quedado reducida la población de alondra ricotí en la provincia de Toledo –dos machos en el término municipal de Quero– es un aviso de lo que puede estar ocurriendo en otros núcleos de la especie. Cualquier posibilidad de recuperarla pasa por actuar ya para mejorar el hábitat.
por Cristian Pérez-Granados, Víctor Noguerales y Eva Serrano-Davies
Una especie tan discreta como es la alondra ricotí (Chersophilus duponti) pasó desapercibida en la provincia de Toledo hasta finales de los años ochenta, cuando se detectó por primera vez en los alrededores de la laguna de El Longar, un extenso humedal manchego, de carácter salino y estacional, situado en el término municipal de Lillo.
Dado el interés que suscitó este descubrimiento se llevó a cabo un examen más exhaustivo, que dio lugar a una estima de 14-19 parejas en 2001, distribuidas en cinco núcleos (el de Lillo, más dos en Quero, uno en El Toboso y uno en Villafranca de los Caballeros).
Entre los años 2004 y 2007 únicamente se detectaron dos machos en uno de los dos núcleos de Quero, concretamente en una zona de tomillar (Vega de Quero).
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