UN MECANISMO NATURAL DE LAS RAÍCES PARA APROVECHAR MEJOR EL AGUA
Miércoles 22 de octubre de 2014
Aunque las raíces de las plantas tienen una función bien conocida, recientemente se ha descubierto que también desempeñan una labor mecánica como intermediarias del agua entre las distintas capas del suelo. Sólo mediante procesos físicos, al margen de su metabolismo, son capaces de bombear agua desde las capas profundas y húmedas hasta las más superficiales y secas, con lo que esto representa para el conjunto de la comunidad vegetal.
por Iván Prieto, Cristina Armas y Francisco I. Pugnaire
En los ecosistemas mediterráneos, las plantas se ven limitadas por la cantidad de agua disponible en el suelo, sobre todo durante los largos periodos de sequía estival, que en casos extremos pueden prolongarse durante más de nueve meses. Sin embargo, las plantas disponen de una estrategia para aprovechar el agua almacenada en capas profundas del suelo, un proceso conocido como “redistribución hidráulica”. Siguiendo un gradiente de humedad, el agua pasa desde las capas más profundas y húmedas a las más superficiales y secas. Es un mecanismo pasivo mediante el cual el agua asciende a través de las raíces, que actúan como meros conductos de transporte, sin gasto metabólico para la planta. Se ha visto que el proceso es el mismo en todas las especies vegetales estudiadas, siempre que tengan raíces funcionales que conecten las capas de suelo con diferente grado de humedad.
La redistribución hidráulica permite a las plantas utilizar el agua de una manera más eficaz, mejora su estado hídrico, mantiene vivas las raíces de las capas superficiales secas y favorece la producción de nuevas raíces, a la vez que mejora la absorción de nutrientes e incluso facilita el crecimiento de otras plantas vecinas. Así pues, es un mecanismo natural que podría tener aplicaciones relevantes tanto en programas de restauración ecológica como en explotaciones agrícolas de zonas áridas.
A una escala más global, la redistribución hidráulica tiene consecuencias sobre los ecosistemas, ya que es capaz de incrementar la captación de dióxido de carbono atmosférico y reducir la temperatura del aire, todo lo cual mitiga los efectos del cambio climático.
Pie d foto: Desierto de Tabernas, en la provincia de Almería. La redistribución hidráulica se observa sobre todo en los ambientes áridos del sureste ibérico, donde las capas superficiales del suelo se secan rápidamente debido a las altas temperaturas (foto: Iván Prieto).
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