Miércoles 22 de octubre de 2014
Se ha cerrado el Observatorio de la Sostenibilidad de España y, con ello, los vientos contaminados de la crisis financiera lo que cierran es otra ventana, una que nos mostraba un paisaje mas deseable, equitativo y sostenible. Cada vez se estilan menos
la reflexión y la visión de un mundo mas justo.
Arturo López Ornat
arturo@makiwi.net
Es abrumadora la montaña de datos y evidencias de que nuestro modelo de desarrollo es insostenible, no sólo del punto de vista ambiental, sino social e incluso económico. Con la obsesión financiera, el cortoplacismo –y la codicia– rozan ya la caricatura: las decisiones no se toman siquiera para perdurar un año, sino para rendir ganancias en cuestión de días o de horas, sin importar su coste social o ambiental.
Nos falta una dirección. ¿A dónde vamos? Aunque nadie sabe cabalmente qué es el desarrollo sostenible, sí estamos seguros de que el actual modelo no lo es y que, por tanto, deberíamos movernos hacia la sostenibilidad. Así debemos entender este elusivo concepto: no es tanto el objetivo lo que importa, sino andar el camino para acercarnos al mismo.
Pero este tránsito exige decidir, primero de todo, a dónde queremos ir –digamos que el desarrollo sostenible es una opción deseable– e inmediatamente necesitamos saber dónde estamos ahora. Y medirlo con cierta regularidad, pues sólo entonces podremos valorar si nos movemos en la dirección correcta.
PIE DE FOTO: Acto de firma de un convenio entre varios organismos y entidades en febrero de 2009, que permitió relanzar la actividad del Observatorio de la Sostenibilidad de España (foto: Magrama).