UNA DE LAS COMUNIDADES CON MAYOR ABUNDANCIA Y VARIEDAD DE SETAS
Miércoles 22 de octubre de 2014
El añejo interés de los aragoneses por las setas podría explicarse por la amplia variedad de ecosistemas que alberga su territorio, desde las estepas monegrinas hasta las montañas pirenaicas, lo cual se refleja en un muy considerable catálogo de especies. Además, ya están muy avanzados los trabajos para confeccionar la primera Lista Roja de los hongos de Aragón, que de momento incluye 42 especies.
Texto y fotos: Carlos Sánchez
Tal vez haya llamado la atención el simple hecho de nombrar a Los Monegros, zona esteparia y semidesértica, en la entradilla de un artículo sobre hongos, ya que tendemos a relacionarlos con bosques frescos y frondosos; también muy abundantes, por cierto, en Aragón. Pero es que los hongos se han adaptado prácticamente a todos los hábitats, aunque no con la misma profusión y abundancia que en las zonas húmedas y frescas del Pirineo y el sistema Ibérico. Sin embargo, podemos encontrar muchas especies de setas en la estepa aragonesa, algunas de ellas de gran interés científico como Dictyocephalos attenuatus, cuya primera cita en Europa corresponde a Pina de Ebro (Zaragoza). Otras especies, como Phellorinia herculeana y Montagnea arenaria, son algo más habituales aunque tienen igualmente un gran valor ecológico por su rareza y capacidad de adaptación. Aunque podría dedicar este artículo exclusivamente a los hongos de la estepa, mi objetivo es hacer una breve sinopsis de la alta biodiversidad fúngica que atesora Aragón.
En contrapartida a esos ambientes áridos y secos, en los humedales y turberas de la alta montaña también viven especies muy raras e interesantes, adaptadas a suelos ácidos y siempre encharcados, algunas de las cuales cuentan con una única cita en Aragón, caso de Suillus flavidus, o con apenas dos o tres poblaciones, como ocurre con Coprinus martinii o Mitrula paludosa. Pero entre estos dos ambientes extremos, la variedad de hábitats propicios para los hongos es innumerable.
En un territorio modelado por ríos, atravesado por el Ebro y surcado por sus afluentes, los bosques de ribera tienen una importancia relevante para los hongos. Además de ocupar una gran superficie, son un ambiente muy propicio para gran cantidad de especies que se resguardan a la sombra del arbolado y aprovechan la humedad y frescura de los cursos de agua. Aquí suelen encontrarse numerosas especies saprófitas que viven de la gran cantidad de madera en descomposición o del humus del suelo. Sin embargo, las especies micorrizógenas, aquellas que viven en simbiosis con las raíces de las plantas, son menos abundantes.
Resulta curioso que sea a la vera de los ríos donde podemos encontrar setas que alcanzan ambientes prácticamente urbanos. En este sentido, es rara la ciudad o el pueblo que no tenga su río, lo que permite observar y estudiar hongos sin apenas desplazamientos. Por ejemplo, no es difícil encontrar en plena ciudad setas tan vistosas y curiosas como la oreja de judas (Auricularia auricula-judae), Psatylrella candolleana o la misma seta de chopo (Agrocybe aegerita), tanto en parques y jardines como en riberas. Aparte de estas especies frecuentes y comunes, junto a ríos y arroyos también viven especies raras y escasas, como Verpa bohemica o V. digitaliformis.
Pie de foto: Con su aspecto de pastelillo de fresa, los ejemplares jóvenes de Hydnellum peckii están salpicados de un vistoso látex color rubí.
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