El tramo de la carretera nacional 630 que desde Asturias sube al puerto de Pajares,
en el corazón de la cordillera Cantábrica, supone el mayor obstáculo para
que se conecten las dos subpoblaciones de oso pardo que viven en estas
montañas. Así se deduce de un estudio realizado por varios guardas de
medio ambiente del Principado de Asturias que trabajan en la zona.
Indalecio Fernández y
otros autores
indafg@hotmail.com
La actual distribución del oso pardo cantábrico se divide en dos subpoblaciones, la occidental y la oriental. Ambas están separadas por una zona de unos cincuenta kilómetros de amplitud, conocida como el Corredor Interpoblacional del Oso Pardo Cantábrico. La parte asturiana del corredor se sitúa en los concejos de Lena y de Aller, sobre el eje de la carretera nacional 630, en lo que se conoce como Puerto de Pajares. Diversas infraestructuras existentes en esta zona, como la autopista del Huerna (A-66), la línea de ferrocarril Gijón-León o la propia N-630 dificultan el paso de los osos de una subpoblación a otra.
La autopista, construida en la década de los ochenta, cuenta con cuatro túneles en un tramo de 18 kilómetros, desde el límite territorial con la provincia de León hasta la población de Campomanes. Los túneles suman una longitud de tres kilómetros, lo que da como resultado un porcentaje de paso de algo más del 15%. Se entiende aquí por “porcentaje de paso” la proporción de terreno que ofrece paso franco o de fácil acceso a un oso pardo. Hay que tener también en cuenta los quince pasos inferiores habilitados para fauna y vehículos con los que cuenta ese tramo de autopista.
La vía de tren desde el límite provincial hasta el apeadero de Navidiello tiene una longitud de unos catorce kilómetros, de los que van soterrados unos once, lo que nos da un porcentaje de paso de casi el 80%.
La tercera vía de comunicación, la N-630, presenta unas características distintas de las anteriores. Esa carretera de alta montaña y titularidad estatal carece de tramos subterráneos, así como de cierre perimetral cinegético, y tiene una alta humanización, tanto por la carga de tráfico (3.700 vehículos diarios en 2010), como por la cercanía a núcleos de población y de actividad ganadera.
Escojamos el tramo entre la población asturiana de Puente de los Fierros (en el punto kilométrico 74’7) y el Puerto de Pajares (en el punto kilométrico 87’1), conocido como la subida al Puerto de Pajares. Son los doce kilómetros de subida al puerto desde la vertiente asturiana, un tramo en el corazón de la cordillera cantábrica que atraviesa un territorio óptimo como hábitat osero potencial.
Se tiene constancia de la presencia de osos en ambos lados de la carretera M-630 en los últimos quince años, tanto en el concejo de Aller como en el de Lena. En un radio de cinco kilómetros se encontraron indicios en cinco ocasiones. Los más cercanos se vieron a un kilómetro de distancia de la carretera, al oeste de la vía, alrededor del núcleo de san Miguel del Río, y hacia el este, a unos ochocientos metros.
Pie de foto:Curva de la carretera N-630 flanqueada por una bionda (quitamiedos), con dos franjas superiores de protección convencional y una tercera franja inferior de protección para motoristas. En el extremo superior izquierdo de la foto se aprecia parte de un talud. La coincidencia de estos elementos convierte este punto en infranqueable para el oso (foto: autores).