Un grupo numeroso de calamones ramonea en un arrozal previo a su siembra en el Delta del Ebro, seguramente en busca de bulbos de castañuela (Scirpus maritimus). Foto: E. Soler
Informe
Miércoles 22 de octubre de 2014
Las aves acuáticas han encontrado que los arrozales que ocupan algunos de los más importantes humedales mediterráneos enriquecen la disponibilidad de hábitat propia de estos ambientes. Sin embargo, los daños en los cultivos que causan algunas de estas especies son considerables: se buscan soluciones que rebajen el conflicto entre calamones y agricultores en el Delta de Ebro.
Eduardo Soler y otros autores
gerencia@limonium.org
En el Delta del Ebro, donde hay unas 22.000 hectáreas de arrozal, existe una muy buena caracterización de este cultivo como hábitat de aves acuáticas. Muchas especies de limícolas –unas catorce principalmente– utilizan intensivamente los arrozales inundados después de la cosecha y en momentos previos a la emergencia de las semillas, así como las parcelas inundadas en invierno bajo medidas agroambientales, a veces formando grupos interespecíficos de considerable número de ejemplares.
Otras como la cigüeñuela frecuenta el arrozal en período estival, incluso reproduciéndose en los márgenes entre parcelas (un 80% de las parejas que cría en el delta, es decir, entre 1.180 y 1.800). La canastera ha venido utilizando en los últimos años arrozales secos o barbechos como zona alternativa de reproducción. Todas las representantes del grupo de las ardeidas en el delta, excepto el avetoro, se presentan en el arrozal durante todo su ciclo. El morito, con una población creciente en la zona, se alimenta principalmente en este cultivo.
Varias especies de gaviotas y charranes –nueve de las quince presentes en el delta– se sirven también del arrozal a lo largo del año. Es especialmente interesante el caso de la gaviota de Audouin, que se alimenta, reposa y se limpia en estas superficies, especialmente en los períodos de veda pesquera. Entre las rapaces, habitualmente se observa al aguilucho lagunero fuera del periodo reproductor, así como el cernícalo común.
En cuanto a las anátidas y afines, el ánade real se reproduce en los cordones entre parcelas. La focha, el pato cuchara y la gallineta de agua son comunes en los arrozales. La cerceta común y el pato colorado también los utilizan. Además, numerosas especies de paseriformes migradores entran en ellos durante los pasos y el martín pescador es habitual en la red de canales y drenajes.
Noticias relacionadas