Estación Biológica Doñana

Líneas de investigación abiertas en la Estación Biológica de Doñana

Foto de "familia" de los doctorandos de la EBD que firman el artículo de Quercus.

UN TRÁNSITO DE LO MUY LOCAL A LO INTERNACIONAL

Miércoles 22 de octubre de 2014
Cincuenta años después de su creación, ¿qué se investiga actualmente en la Estación Biológica de Doñana? Ahora hay técnicas de estudio muy avanzadas, el ámbito de actuación abarca el mundo entero y, por supuesto, se han incorporado nuevos científicos. Pero el interés por escudriñar la biodiversidad sigue vigente.

Por los Doctorandos de la EBD


Kinabalu, Borneo. 10 de abril de 2014. El último sorbo a una taza de té con azúcar dispara la rutina de un estudiante obstinado, centrado en documentar la evolución de las especies en la placa de Sunda. Un paquete de arroz, una docena de trampas y un cuaderno mojado apenas dejan sitio en la mochila para las muestras genéticas de ratas Sundamys recogidas a lo largo del día. 13.000 kilómetros más lejos y, exactamente, 50 años atrás, un grupo de estudiantes algo más que obstinados abordaban una ruidosa colonia de garzas, cargados de anillas y libretas mojadas, sin ser conscientes aún de que sus breves estancias de verano en las marismas del Guadalquivir asegurarían la supervivencia de la recién nacida Estación Biológica de Doñana (EBD).

La Estación que fundara José Antonio Valverde, con más ilusión que medios, ha crecido y cumple este año medio siglo. Los pioneros trabajos científicos salidos de aquel chalé del barrio sevillano de Heliópolis pronto trascendieron las fronteras de Doñana, hasta hacer de su actual sede en la Isla de la Cartuja un centro de excelencia científica a escala mundial. Y es que el ámbito geográfico sobre el que hoy se extiende la EBD ha crecido en la misma medida que el número y visibilidad internacional de sus investigaciones.