La parietaria o hierba ratonera (Parietaria judaica), a pesar de estar en flor durante la mayor parte del año, suele pasar desapercibida al abrigo de muros y edificios.
Martes 30 de diciembre de 2014
Paredes y muretes son, en apariencia, un ambiente poco propicio para las plantas. Sin embargo, pueden convertirse en un excelente refugio. La parietaria, o hierba ratonera, ha encontrado en estos espacios verticales un excelente lugar para crecer y prosperar en la mayoría de nuestras ciudades.
Por J. Ramón Gómez
No deja de ser curioso que algunas plantas, huyendo de la competencia y de los depredadores, hayan sido capaces de colonizar lugares menos concurridos y accesibles. Aunque, como contrapartida, tales ambientes suelen ser también algo más hostiles. Un caso típico es el de las plantas rupícolas, adaptadas a crecer entre las rocas. No obstante, para sobrevivir en tales condiciones requieren una alta especialización, pues deben desarrollarse con pocos recursos y, por lo tanto, su crecimiento será lento, tendrán un porte pequeño y deberán renunciar a cualquier alarde que suponga un excesivo gasto energético. Un alto precio, sí, pero lo han pagado para eludir a la mayor parte de sus contrincantes.