Ramas de olivo con sus frutos. El aceite de oliva, aparte de ser una auténtica panacea, contiene hidroxitirosol, un inhibidor de la angiogénesis (foto: Joseba del Villar).
Pueden usarse con fines medicinales o dietéticos
Martes 27 de enero de 2015
Algunas especies vegetales muy comunes de nuestra flora, como el romero, la hierba de San Juan, la palomilla o incluso el olivo, generan una serie de compuestos químicos que son relevantes por sus aplicaciones terapéuticas. Muchos de estos remedios ya se conocían a través de la farmacopea tradicional, pero recientes investigaciones en nuestro país han puesto de relieve su utilidad en el tratamiento de enfermedades graves e incluso ciertas formas de cáncer.
Por Miguel Ángel Medina y Ana Rodríguez.
Cervantes hace referencia en El Quijote al “bálsamo de Fierabrás”, un remedio maravilloso, mágico y milagroso para todo tipo de dolencias y enfermedades. La historia de la industria farmacéutica, y de la investigación científica a ella vinculada, está preñada de búsquedas de nuevos fármacos con el potencial de convertirse en los actuales bálsamos de Fierabrás.
Muchos compuestos bioactivos con propiedades farmacológicas interesantes son producidos por seres vivos. En este breve artículo queremos destacar siete compuestos bioactivos capaces de inhibir un proceso fisiológico fundamental denominado “angiogénesis”. Dichos compuestos están presentes en varias plantas ampliamente distribuidas por la península Ibérica y que se han usado tanto en la farmacopea tradicional como en la propia dieta mediterránea.
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