Macho de gacela de Cuvier fotografiado con ayuda de una cámara trampa (foto: Asociación de Estudio y Conservación de Fauna Harmusch).
Un estudio sobre su fauna de grandes mamíferos
Martes 27 de enero de 2015
Desde mediados del siglo pasado, cuando José Antonio Valverde se interesó por la fauna del antiguo Sahara Español, poco hemos vuelto a saber sobre su estado de conservación. Diez recientes expediciones de biólogos y naturalistas españoles, organizadas por la Asociación Harmusch, han permitido prospectar una amplia y variada región de dicho territorio para valorar sus poblaciones de ungulados y carnívoros.
Por Asociación de Estudio y Conservación de Fauna Harmusch
En su aparente soledad, los desiertos norteafricanos atesoran una enorme riqueza faunística, tan exclusiva como lamentablemente amenazada (1). Hasta no hace muchas décadas, en el Sahara campeaban manadas de antílopes y gacelas de varias especies endémicas de la región: el adax (Addax nasomaculatus), el oryx cimitarra (Oryx dammah) y las gacelas de Loder (Gazella leptoceros) entre los mares de dunas, mientras que en las extensas formaciones de acacias de los oued (lechos secos de arcaicos ríos) abundaban las gacelas dama (Nanger dama) y las gacelas dorcas (Gazella dorcas), que pastaban junto a numerosos bandos de avestruces (Struthio camelus). A todos los ungulados anteriores habría que añadir los arruís saharianos (Ammotragus lervia), abundantes en las zonas de relieve abrupto. En cuanto a los carnívoros, destacaban el esbelto guepardo sahariano (Acinonyx jubatus hecki), la hiena rayada (Hyaena hyaena), el fénec (Vulpes zerda) y el zorro de Rüppell (Vulpes rueppellii), el gato de las arenas (Felis margarita), el ratel (Mellivora capensis) y así hasta 15 especies. El único que faltaba era al león (Panthera leo), extinto a principios del siglo XX.
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