Javier Balset, naturalista dedicado a las náyades del Alto Alberche, muestra dos ejemplares que acaba de localizar de dos especies diferentes (foto: José Antonio Montero).
Martes 27 de enero de 2015
Deseamos ríos limpios y libres, pero nadie parece reparar en la desaparición de los grandes bivalvos de agua dulce. ¿Nadie? En el Alto Alberche, un grupo de naturalistas locales trabaja para salvar una de las poblaciones ibéricas más valiosas de la amenazada Margaritifera margaritifera y, de paso, favorecer a otras náyades que habitan este paraíso fluvial del sureste de Ávila.
Por José Antonio Montero
Un dilema frecuente entre quienes trabajan con especies amenazadas es si actuar con la mayor discreción posible para evitar molestias y otros impactos humanos o, todo lo contrario, informar al máximo para generar complicidades y respuestas positivas que ayuden a salvaguardar el animal o la planta en peligro de turno.
Salvo por la información deslizada a través de algún artículo científico, el pequeño grupo de amigos que desde hace casi quince años vela por uno de los mayores tesoros fluviales del centro peninsular optó durante mucho tiempo por la estrategia del silencio. Pero en 2007 se decidieron a hablar a través de esta revista (ver Quercus 261, págs. 42 a 45) y ahora quieren volver a hacerlo, acuciados por una razón de peso: evitar que se extinga una población única de la náyade Margaritifera margaritifera, catalogada a escala mundial como “En peligro” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.
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