Juvenil de aguilucho papialbo sobrevolando la zona adehesada donde estas rapaces suelen buscar alimento en la comarca de La Janda (foto: Miguel González).
INCREMENTO NOTABLE DE LAS OBSERVACIONES A PARTIR DEL AÑO 2010
Por Juan Miguel González y Carlos Torralvo
Martes 31 de marzo de 2015
Hasta ahora, el aguilucho papialbo se consideraba una especie de distribución oriental con pocas y muy dispersas observaciones, no ya en España, sino en Europa occidental. Sin embargo, desde hace unos años ha empezado a criar en Finlandia y cada vez se recogen más citas de su presencia en la provincia de Cádiz, donde puede verse durante los pasos migratorios y ha invernado de manera regular en las cinco últimas temporadas.
En España contamos con tres especies de aguiluchos que se distribuyen de forma habitual durante la invernada y la temporada reproductora a lo largo de nuestra geografía: el pálido (Circus cyaneus), el cenizo (C. pygargus) y el lagunero (C. aeruginosus). En la provincia de Cádiz, donde es frecuente la presencia de estas aves, el aguilucho pálido es el único que no se reproduce y sólo puede observarse durante la invernada y los pasos migratorios.
Ahora bien, desde el año 1990 han comenzado a recogerse citas de la cuarta y más amenazada especie de aguilucho europeo (1), el papialbo (Circus macrourus), considerada hasta ahora como una rareza en España (2). Tiene una distribución básicamente oriental, con un núcleo de población centrado en el sur de Rusia, Kazajistán, China occidental y Mongolia (3). En Europa se le ha asignado un estado de conservación cercano a la amenaza (4), mientras que es escaso en Azerbaiyán, Rumanía, Ucrania y Turquía. De hecho, ha desaparecido recientemente de Bielorrusia y Moldavia.
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