Espigas de cebadilla (Hordeum murinum), una gramínea muy abundante en cualquier cuneta o descampado.
Lunes 27 de abril de 2015
Es fácil localizar a la cebadilla en cualquier lugar cercano a los asentamientos humanos. Una discreta gramínea que crece en abundancia gracias a su gran capacidad de adaptación y a un no menos eficaz sistema para dispersar sus semillas.
Por J. Ramón Gómez
Este mes queremos comenzar la sección haciéndonos eco de una buena noticia para nuestras queridas hierbas comunes. Debemos celebrar que un nuevo ayuntamiento, el de Navalafuente, pequeño municipio de la provincia de Madrid, se haya sumado a la lista cada vez más extensa de municipios que han renunciado al uso de herbicidas en toda España. Un pueblo más donde ya no veremos kilómetros de márgenes de carreteras y caminos quemados por productos químicos, sin color y sin vida, espacios yermos sin sentido alguno.
Como ya hemos comentado en alguna ocasión, estas cunetas no son únicamente espacios residuales, sino también un interesante ejemplo de cómo la naturaleza resiste frente a la insistente agresión humana. En estas fechas, durante la primavera, se convierten en hermosos fragmentos del paisaje. Un lugar de encuentro para todo tipo de plantas, donde crecen muchas de nuestras viejas hierbas ya conocidas, pero donde se han localizado asimismo especies únicas, incluso algunas que se creían extintas. Así que confiemos en que cunda el ejemplo y poco a poco vayan incorporándose muchos más ayuntamientos. Hasta que, finalmente, el uso de herbicidas se considere una práctica no deseada en todo el territorio español y podamos disfrutar de unas cunetas floridas.