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El tamaño en la conservación: avutardas, alondras y agricultura intensiva

Macho de avutarda en vuelo rasante (foto: Eduardo Ruiz Baltanás).

Aves esteparias y evolución histórica del campo español

Lunes 28 de septiembre de 2015

Hoy en día, cuando más patente es la intensificación de la agricultura, resulta que mejor prosperan las poblaciones de avutarda. Sin embargo, otras aves ligadas al medio agrario, como la alondra, han entrado en un sorprendente declive. Es obvio que los cambios introducidos por el hombre se encuentran detrás de esta aparente paradoja. Incluida, como parte del nuevo escenario, la política de protección de especies silvestres.

Por Juan Jiménez



La avutarda (Otis tarda), cuyos machos pueden alcanzar los 15 kilos de peso, es la mayor de las aves europeas e incluso en algunos escritos antiguos viene a denominarse “avestruz”. Al igual que dicha especie africana, la avutarda es propia de ecosistemas abiertos y desarbolados, donde puede desplazarse sin obstáculos y tener gran visibilidad para detectar a posibles depredadores. Originaria de las grandes estepas y prados naturales de Asia central, se supone que la avutarda colonizó Europa a raíz de la destrucción del bosque primigenio por parte de agricultores y ganaderos, de modo que tanto su población como su área su distribución pudieron ampliarse gracias a la actividad humana. Desde entonces ocupa los cultivos de cereal (pseudoestepas) como un nuevo hábitat que se ajusta perfectamente a sus necesidades. El cual, por cierto, alberga también a unas cuantas aves antaño esteparias como sisones, gangas, aguiluchos y toda una corte de pajarillos entre los que destacan la alondra y sus parientes

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