En abril de 2014 llegamos a Zarnesti, en Transilvania, uno de los territorios más legendarios y salvajes de Europa, bajo una nevada tardía que había pillado por sorpresa a la población local. Algunas carreteras cortadas en los puertos de montaña eran un inconveniente para desplazarse por la zona. Como guía de la empresa Ecowildlife Travel tenía encomendado un grupo de turistas interesados en observar la fauna de los espacios naturales de Rumania. Colaborábamos desde hacía años con una empresa local especializada en este tipo de turismo de naturaleza y, como siempre, nuestra contraparte nos conminó a firmar un documento en el que nos comprometíamos a seguir una serie de normas en las que prima el respeto a la fauna que pretendíamos contemplar.
El primer día nos dirigimos a Valea Lunga, una zona de alta montaña en los Cárpatos, inmediata al Parque Nacional de Bucegi, que alberga excelentes poblaciones de grandes carnívoros: linces boreales, osos pardos y lobos comparten aquellos bosques de piceas, alerces y hayas. También tiene una buena representación de ungulados: jabalí, ciervo, corzo y una subespecie endémica de rebeco, además de abundante ganado ovino en régimen extensivo. Los rebaños de ovejas están muy bien vigilados por pastores y perros, medida que evita muchos conflictos por ataques al ganado, y costumbre más que provechosa en un país donde no se indemnizan los daños causados por los grandes carnívoros.
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.
Vídeo de un oso en busca de topillos
Un joven oso pardo, recién salido de la hibernación, sigue la pista de los topillos que excavan sus madrigueras bajo tierra. Elvídeo fue grabado en Transilvania (Rumanía) en abril de 2014, tras una nevada tardía.