La importancia de identificar y conservar el hábitat óptimo de nidificación del buitre negro

Caracterizar y definir los mejores hábitats de cría para el buitre negro permitiría una gestión menos restrictiva en otras zonas aledañas y evitar conflictos de intereses. De esta forma, una explotación blanda de los recursos naturales podría hacerse compatible con la conservación de la fauna amenazada. Siempre sobre criterios científicos, como los que se esbozan en este artículo.

Por José Guerrero-Casado, Rafael Arenas y Francisco S. Tortosa


El buitre negro (Aegypius monachus) selecciona positivamente su hábitat de cría y prefiere nidificar en masas boscosas continuas y poco fragmentadas, alejadas de poblaciones y vías de comunicación. Evita también ciertas zonas transformadas, como los jarales con árboles dispersos resultantes de la degradación de la vegetación potencial, y aquellas que cuentan con una mayor presencia humana. Por este motivo, el buitre negro puede considerarse un buen indicador de calidad ambiental, además de una especie paraguas, ya que al conservar el hábitat donde se reproduce protegemos también zonas importantes para otras especies y para el bosque mediterráneo en su conjunto.

En este artículo mostramos los resultados de un trabajo sobre los factores que caracterizan el hábitat óptimo de nidificación del buitre negro en el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos (Córdoba) y su entorno. En 2011, año en el que se emprendió el estudio, dicho espacio protegido albergaba 43 parejas reproductoras (1). El objetivo fue comparar la localización de sus nidos con otros puntos escogidos al azar dentro del área de cría, lo que ha permitido conocer con más precisión cuál es su hábitat óptimo para anidar.


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