A veces, durante la invernada, los bandos de ánsares deben soportar las duras condiciones climáticas de la meseta castellana (foto: Mariano Rodríguez).
UNA POSIBLE CONSECUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Lunes 30 de noviembre de 2015
En Castilla y León, “las patas”, nombre popular con el que se conoce a los ánsares, parecen haber estado presentes en la meseta desde hace mucho tiempo. Así lo atestiguan tanto los refranes populares como la abundante bibliografía. Sin embargo, lejos de ser estables, sus contingentes se han reducido en los últimos años.
Por Mariano Rodríguez, Jesús Palacios y Enrique Gómez.
En la actualidad hay dos especies de ánsares que invernan en España de forma regular: el ánsar común (Anser anser) y el ánsar careto grande (Anser albifrons). Una tercera especie, el ánsar campestre (Anser fabalis), fue invernante habitual en la mitad norte de la Península hasta comienzos del siglo XXI (1). De hecho, el ánsar a principios del siglo XX en la mitad norte de nuestro país. Tanto es así, que aparece citado como la única especie de ánsar presente en la Albufera de Valencia y se consideraba el mejor representado en Cataluña. Esta situación aún se mantenía cuando Francisco Bernis hizo el primer estudio de ámbito nacional sobre el género Anser a mediados del siglo pasado.
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