Belice es un pequeño país centroamericano poco conocido pero dotado de una diversidad biológica extraordinaria, que se encuentra ahora mismo en una encrucijada decisiva: la de poder convertirse en un ejemplo mundial de desarrollo sostenible. El Ya'axché Conservation Trust trabaja para que ese sea el camino.
Por Sergio Rejado y Jaume Ruscalleda
Bienvenidos a Belice, un pequeño país de América Central encajonado entre México, Guatemala y las aguas caribeñas. Empecemos diciendo que no es un país latinoamericano más. Aquí el dominio español nunca llegó a asentarse por mucho tiempo.
Los británicos aprovecharon esta ventaja para anexar este territorio a su imperio, del que formó parte hasta el año 1981. Como herencia, el idioma oficial de Belice es el inglés, tiene monarca –la reina de Inglaterra– y es parte de la Commonwealth. Las diferencias no acaban aquí. Por ejemplo, con sus 332.000 habitantes (en 2013, según en Banco Mundial), Belice disfruta de una de las densidades de población más bajas de todo América Central.
El esperable menor impacto ambiental coloca al país en una posición de liderazgo en cuanto a la conservación de su medio ambiente.
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.
Autores: Los biólogos españoles Sergio Rejado (sergiorejado@gmail.com ) y Jaime Ruscadella han trabajado en Belice para el Ya’axché Conservation Trust. El primero dirigió un proyecto destinado a la conservación de aves migratorias a través del cultivo agroforestal de cacao. El segundo sigue vinculado a la citada ONG como técnico de usos sostenibles del suelo y sistemas de información geográfica.
Más información, en la web del Ya’axché Conservation Trust.