Nuestras fronteras no son tales para unas especies empeñadas en rompernos los esquemas, incluso las que creíamos que mejor conocíamos. Nada menos que seis águilas imperiales nacidas en 2015 en Andalucía han entrado en el norte de África durante su fase de dispersión juvenil. El seguimiento con emisores GPS-GSM saca a la luz un trasiego quizás más habitual de lo que se pensaba.
Por Virginia Morandini, Carlos Florencio, José Rafael Garrido, Salvador de Diego, Francisco Muñoz, Miguel González, Carlos Torralvo y Miguel Ferrer
Han pasado ya trece años desde que se soltaron los primeros pollos de águila imperial ibérica (Aquila adalberti) dentro del programa de reintroducción de la especie en la provincia de Cádiz (1). Actualmente, tras la suelta de 83 ejemplares jóvenes desde 2002, año de inicio del proyecto, se puede confirmar el éxito de las reintroducciones, con cuatro parejas territoriales formadas y un total de cinco pollos volados en 2015.
El águila imperial ha superado el centenar de parejas reproductoras en Andalucía, al hilo de la recuperación de su población en la península Ibérica, lo que supone un éxito de las medidas llevadas a cabo para evitar a largo plazo la extinción de esta rapaz. El siguiente paso consiste en el estudio, gestión y conservación de nuevas áreas de dispersión más allá de los territorios ocupados hasta ahora.
La nueva población gaditana tiene un efecto visible como conector: ya son al menos seis los individuos liberados en el programa de reintroducción que han llegado a incorporarse a un núcleo reproductor en otras áreas: cuatro en Doñana, uno en el sureste de Portugal y otro en el sur de Castilla-La Mancha. Además, las parejas que componen la población gaditana están formadas por aves tanto liberadas en el programa de reintroducción como por otras no anilladas que provienen probablemente de la cercana Sierra Morena.
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