No todas las hierbas comunes han desarrollado sofisticados sistemas defensivos o complejas estrategias evolutivas para sobrevivir. Hay algunas que, como la ortiga muerta, eluden despilfarrar sus recursos de esa manera. Sobre todo si les basta con imitar los rasgos de otra planta mucho más peligrosa para obtener el mismo resultado.
De imparable y vertiginoso podríamos calificar este intenso momento del año. El tiempo de reposo y espera ha llegado a su fin. Dejamos atrás los meses de invierno y entramos con energía en una época que la mayoría de las hierbas estaban esperando desde hace meses. La suavidad del clima favorece que surjan por doquier florecillas de las más inimaginables gamas cromáticas, que se irán solapando en coordinada danza. Una abundancia que se apagará poco a poco cuando aumenten las temperaturas y, muy especialmente, empiece a escasear el agua. Pero ese momento aún queda lejos, ahora toca disfrutar de la bonanza primaveral.
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