Al tratarse de un superdepredador, el búho real es capaz de consumir un gran número de presas, así que podría considerarse como una especie generalista. Sin embargo, allí donde abunda el conejo de monte, se convierte sin duda en su presa principal. Eso es, al menos, lo que ha podido comprobarse en un estudio realizado en el valle medio del Tajo, entre las provincias de Madrid y Toledo.
Por Virginia Zarco, Carlos Talabante y José Luis Viejo.
Las rapaces ocupan escalones altos en las pirámides tróficas y, por lo tanto, pueden regular la presencia de otras especies. Además, cuando su presa principal escasea o falta, reparten su interés entre otros muchos animales e incluso atacan a algunos depredadores superiores (1). En este último caso hablamos de superdepredación o depredación intragremio (2). La principal diferencia entre ambos términos, es que la superdepredación se refiere a las relaciones de consumo entre grandes depredadores, mientras que la depredación intragremio no exige una relación directa, sino que pueden eliminarse por mera competencia. A pesar de que este tipo de interacciones suelen darse con cierta frecuencia en la naturaleza, la verdad es que no representan una importante fuente de recursos para los superdepredadores, dado que el esfuerzo necesario para culminar un ataque con éxito no se ve recompensado por la energía que pueda aportar la presa.
Quizá uno de los superdepredadores más emblemáticos de la fauna ibérica sea el búho real (Bubo bubo), aunque también uno de los más perseguidos y peor conocidos. Cazadores y conservacionistas le consideran capaz de alimentarse prácticamente de todo. Los primeros siempre han rechazado su presencia por considerarle un enemigo de los cotos de caza. Los conservacionistas, por su parte, han visto que representa una amenaza para ciertas especies protegidas, entre ellas otras aves rapaces. Si preguntamos a un pastor qué comen los lobos, nos diría que sólo se alimentan de corderos y que seleccionan además a los más gordos. Si se lo preguntamos a un cazador, dirá que atacan a las piezas de caza mayor. Sin embargo, tanto el lobo como el búho abaten a otras muchas presas que no tienen un interés directo para el ser humano.
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