Cada vez es más importante la contribución de las nuevas tecnologías a la conservación de las especies amenazadas. Buen ejemplo de ello es la información aportada durante la incubación por huevos artificiales con data loggers colocados desde 2009 a cinco pajeras de quebrantahuesos del Pirineo aragonés.
Por Juan Antonio Gil, Gerardo Báguena, Juan Manuel Blanco y Manuel Alcántara l
En todas las poblaciones naturales de aves rapaces existen parejas cuya productividad es nula o prácticamente nula. En el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) son muchos los casos en los que se desconoce la causa del fracaso reproductivo.
En la población reproductora de esta especie en el Pirineo aragonés, la opción de intervenir extrayendo puestas con un historial de fracaso reproductor reiterado ha resultado ser una herramienta eficaz de evitar la muerte embrionaria. Además, ha permitido el acceso a información muy valiosa para el análisis de las causas últimas del fracaso reproductor (ver Quercus 309, págs. 44 y 45).
Fruto de la aplicación de estas medidas de manejo, entre 1995 y 2015 la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y el Gobierno de Aragón han rescatado, incubado, criado en cautividad y reincorporado con éxito al medio natural 17 ejemplares.
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.
Autores: Juan Antonio Gil coordina las labores de seguimiento y conservación y del quebrantahuesos en los Pirineos. Gerardo Báguena dirige el programa de reintroducción de esta especie en Picos de Europa. Juan Manuel Blanco es veterinario especialista en rapaces. Estos tres expertos forman parte del equipo técnico de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ). Manuel Alcántara es jefe del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón.