Investigadores españoles participan en el estudio de la ecología del albatros ojeroso en las islas Malvinas, con especial atención a los desplazamientos de este coloso oceánico en época de cría. La responsabilidad de los arrastreros españoles en la alta mortalidad de la especie en la zona otorgan un interés añadido a este estudio.
Por Virginia Morandini y Miguel Ferrer l
Con más de 25 años de edad, un macho de albatros ojeroso (Thalassarche melanophris) mira con interés desde su nido cómo preparamos el material de trabajo, luchando contra un viento de treinta nudos que amenaza con llevarse las muestras recopiladas durante dos semanas en las islas Malvinas (en inglés, Falkland Islands).
La anilla metálica del ave le identifica como 1362783 (Natural History Museum of London), lo que nos revela que fue marcada en 1998, en edad reproductora, por Nick Huin, del British Antartic Survey, en el mismo punto desde donde ahora él y su pollo, 18 años después, nos miran preparar el material de campo.
Observándoles tan cerca, impresiona pensar que esta formidable especie pase el resto del año surcando el océano desde las tempestuosas aguas de las costas de las Malvinas hasta la desembocadura del río de la Plata, 2.000 kilómetros al norte, sin nunca tocar tierra.
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