Diez años después del inicio de la restauración de un sector de marismas del puerto de Huelva, han sido evaluados los efectos de esta actuación, que tendrá su continuidad en el futuro. Los resultados indican una mejora de la calidad del hábitat y una mayor diversidad ecológica que en las áreas degradadas cercanas.
Por Guillermo Curado, Rocío López Picón y Jesús M. Castillo l
Las marismas costeras de la margen izquierda de la ría del Odiel, muy degradadas debido a la cercanía del polo químico de Huelva, fueron restauradas en los años 2006 y 2007 gracias a un proyecto pionero a nivel europeo impulsado por el Puerto de Huelva.
La iniciativa, de la que ya se hizo eco esta revista (ver Quercus 285, págs. 10 y 11), consistió principalmente en plantaciones de hierba salada (Spartina maritima), sosa de las salinas (Sarcocornia perennis) y verdolaga marina (Atriplex portulacoides), a la vez que se eliminaba la especie invasora Spartina densiflora.
Además, se plantaron parcelas piloto de la fanerógama marina Zostera noltii, conocida popularmente como seba.
Entre 2008 y 2011 se monitorearon ambientalmente estas marismas litorales restauradas, situadas en la zona de servicio del puerto de Huelva. Gracias a ello se comprobó que, tras dos años desde el inicio de la restauración, las plantaciones habían reproducido los patrones típicos de la zonación ecológica de las marismas del Odiel, captando sedimentos de manera muy eficiente.
Autores: Guillermo Curado (guillermocurado@us.es ) y Jesús M. Castillo son investigadores del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla. Rocío López Picón es técnico de Medio Ambiente en el Departamento de Estrategia de la Autoridad Portuaria de Huelva.
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital