En cuatro años se triplicó la población de este precario núcleo lincero de Sierra Morena
Miércoles 22 de octubre de 2014
El valle del río Yeguas ha recibido una parte importante de las medidas de conservación in situ para el lince ibérico en los últimos años. Es uno de los dos núcleos –el de menor entidad– que forman el principal reducto del carnívoro, el de Sierra Morena oriental. La colaboración entre Junta de Andalucía y propietarios de fincas de este valle, con fondos Life de la Unión Europea, ha permitido el primer gran éxito contrastado con esta especie en su hábitat natural: una población actual de 25 animales, que triplica la que había hace
cuatro años.
Es bien sabido que el lince ibérico (Lynx pardinus) es la especie de felino más amenazada del planeta: sólo sobreviven dos pequeñas poblaciones, una en Sierra Morena oriental y la otra en Doñana (1), aunque algunos indicios sugieren la existencia de núcleos vestigiales de mínima entidad en otras zonas, como Montes de Toledo (2) o el suroeste de Madrid (ver Quercus 243, pág. 64).
Hoy por hoy, con algo más de un centenar de ejemplares y una veintena de hembras adultas, la población más numerosa es la asentada en Sierra Morena, concretamente entre los valles andaluces que forman los ríos Jándula y Yeguas, a caballo entre las provincia de Jaén y Córdoba. Desde principios de los años noventa, coincidiendo con el descenso brusco del conejo (Oryctolagus cuniculus) motivado por la EHV o enfermedad hemorrágico vírica, esta población se encuentra dividida en dos núcleos separados unos cinco kilómetros, que coinciden aproximadamente con los citados valles fluviales.
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