La prohibición del comercio internacional de ejemplares de loro gris africano capturados en su hábitat es una de las medidas más celebradas acordadas en la reciente cumbre del CITES convocada en Johannesburgo. Otros animales amenazados, como las ocho especies de pangolines, también han quedado más protegidos.
Por Luis Suárez y Cristina Martín
La Conferencia de las Partes (COP 17) del CITES, el tratado internacional que regula el tráfico de vida silvestre, celebrada en Johannesburgo (Suráfrica) del 24 de septiembre al 5 de octubre pasados, ha dado un paso importante hacia la recuperación del loro gris africano o yaco (Psittacus erithacus).
Se trata de una de las aves más codiciadas por los traficantes de vida silvestre, entre otros motivos por su extraordinaria habilidad para imitar sonidos humanos y su longevidad, lo que le ha conllevado una gran popularidad como mascota.
Tras un intenso debate, los países firmantes del CITES votaron 95 a 35 a favor de incluir el loro gris africano en el Apéndice I del tratado, lo que significa que se prohíbe totalmente el comercio internacional de ejemplares de esta especie extraídos de su medio natural (no así los criados en cautividad).
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