Observatorio

Acuicultura y conservación, juntas en las mismas aguas

Cartel sobre los barbos en el Centro de Acuicultura Las Vegas del Guadiana (Villafranco del Guadiana, Badajoz). Foto: Domingo Rivera.
Domingo 30 de octubre de 2016

Además de la base de un negocio en auge, la acuicultura tiene aplicaciones menos conocidas, como es su contribución a que se recuperen diversas especies amenazadas propias de medios acuáticos. El esturión atlántico y la anguila europea protagonizan varios proyectos españoles en esta línea.

Por Cristina Vega



Precisamente en 2016 se cumplen 150 años desde la creación de la primera instalación de acuicultura en España, concretamente en 1866, en el Palacio de La Granja de San Ildefonso (Segovia), con el apoyo de la monarquía, promovida por el célebre naturalista Mariano

de la Paz Graells. Al año siguiente abría el primer centro privado de acuicultura en el Monasterio de Piedra (provincia de Zaragoza), centrado sobre todo en la cría de la trucha común (Salmo trutta).

Las repoblaciones piscícolas surgieron en el siglo XIX ante la necesidad de gestionar unos recursos naturales en los ríos y las masas de agua interior. Los peces eran una fuente importante de alimentos ricos en proteínas para las poblaciones ribereñas y los recursos empezaban a dar muestras de agotamiento. Desde entonces, las sucesivas administraciones responsables de la gestión de la pesca fluvial se encargaron de la construcción y puesta en marcha de numerosos centros de piscicultura oficial.

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