El uso generalizado y en auge de los drones para el seguimiento de la fauna silvestre otorga un interés creciente a los estudios sobre la tolerancia de las especies a este dispositivo. Uno de ellos se ha llevado a cabo en el Pirineo aragonés con rapaces carroñeras.
Por Juan Antonio Gil y Francisco Martínez
Desde hace unos años se han comenzado a utilizar los drones para aplicaciones ambientales, con objetivos como evaluar la contaminación del aire, luchar contra los incendios forestales, reducir daños en vertidos, controlar especies invasoras, entre otros muchos, así como adquirir datos para la mejora de la gestión en general.
Hay ejemplos tan estimulantes como el de la fundación británica Shadow View, que utiliza drones para fines tan interesantes como la lucha contra el furtivismo en varios países africanos, en colaboración con ONG y otras entidades.
Los drones en España han tenido un considerable auge desde 2015, con más de 1.600 operadoras
registradas, según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Desde hace unos años también se han comenzado a utilizar en aplicaciones relativas al medio ambiente.
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