Un modelo de vallado metálico ha sido probado con éxito como dispositivo protector frente a depredadores de huevos y pollos de aguilucho cenizo. Los ensayos, hechos en 2015 y 2016 en unos sesenta nidos emplazados en zonas de cultivo de Cataluña, Aragón y Extremadura, redujeron la depredación prácticamente a cero.
Por Jaume Balsells
El aguilucho cenizo (Circus pygargus) nidifica directamente sobre el suelo, normalmente en cultivos de cereal, ocupando también terrenos de vegetación natural. Las puestas tienen lugar entre finales de abril y mediados de junio, mientras que el grueso de las eclosiones se produce en la primera quincena de junio y los pollos vuelan mayoritariamente durante la primera quincena de julio.
Una de sus principales amenazas tiene que ver con el paso de las cosechadoras, que destruye huevos y pollos, motivo por el cual Administraciones y ONG despliegan cada año operativos de protección de nidadas y de rescate de aves para evitar esta mortandad.
A menudo se ha intentado proteger puestas y crías habilitando un área alrededor del nido sin cosechar, a la vez que se compensaba económicamente a los agricultores afectados. El problema es que esta medida no es efectiva frente a otra importante causa de mortalidad: la depredación.
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