Observatorio

Paleodietas en aguas lacustres

Salamándridos fósiles de hace 19 millones de años conservados en los sedimentos de un antiguo lago situado en Rubielos de Mora. Su longitud corporal es de unos 8 centímetros (foto: Enrique Peñalver).
Viernes 29 de diciembre de 2017

Las rocas laminadas que antaño fueron el fondo de un lago contienen fósiles muy bien conservados de los organismos acuáticos que allí vivían. Aquellos antiguos lagos actuaron como trampas de conservación y los investigadores del hoy son capaces de reconstruir incluso las cadenas tróficas. Por ejemplo, estudiando el aparato digestivo de los anfibios fosilizados.

Por Enrique Peñalver



Comer y no ser comido ha sido siempre un verdadero motor de la evolución animal. Dado que las formas orgánicas guardan una relación estrecha, tanto entre ellas como con su entorno, para desentrañar el proceso evolutivo tan importante es conocer la biología de las especies extintas como la biodiversidad del pasado. Las cadenas tróficas son un pilar de cualquier ecosistema y pocas relaciones entre organismos determinan tanto la forma orgánica.

Establecer quién se comía a quién y, en definitiva, las cadenas tróficas, ocupa buena parte de la investigación de los paleoecólogos. Pero hay que buscar las evidencias, ya sean directas o indirectas, que generalmente son diversas y muchas veces sutiles. Una investigación que recuerda en ocasiones a la de la policía científica, al CSI (Crime Scene Investigation).

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