Es algo incuestionable, sí, pero aún queda mucho por entender del cambio climático. En las poblaciones ibéricas de trucha común, situadas en la latitud más meridional de su área de distribución natural, podemos seguir el rastro que nos lleve a una comprensión mejor del futuro de este proceso y sus efectos.
Por José María Santiago y Diego García de Jalón
La plasticidad del ciclo biológico de la trucha común (Salmo trutta) –y en particular, la anadromía facultativa, que le debió permitir colonizar nuevas zonas de reproducción siguiendo las líneas de costa en épocas glaciares- es responsable de la amplia distribución de esta especie de agua fría. Por anadromía facultativa se entiende la capacidad de algunas especies de peces de madurar en el mar y reproducirse en los ríos o bien desarrollar todo su ciclo vital en el medio fluvial. Otra característica que marca la distribución de la trucha común es su alto metabolismo, que la hace poco tolerante a las aguas poco oxigenadas y define una dieta depredadora altamente energética. La existencia de aguas bien oxigenadas está muy relacionada con las bajas temperaturas. La cuestión es: ¿qué factores determinan que existan o no aguas frías habitables para las truchas?
Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.